Amazonia, speed, steam and liberal dreams

“I contemplate the precious tissue of filigree formed by our mediterranean rivers, which like arteries combined provide life and blood to the head, lungs and heart; I see the blue strips of the Amazon crossed by an infinite number of steamships which announce with their flags the arrival of the Universal Commerce; I see the bicolor flag of Peru waving in the shipyards and fluvial ports, where numerous centers with sovereign delegations provide all sorts of guarantees to life and property; I feel the hand of the fiscal custom agencies, collecting all import and export rights, under minimal tariffs, for dedicating them to the colonization and betterment of the same regions that produce them; I proudly follow the steal belts emerging from the fluvial ports, where the electric or air-plumb trains bring to the creole provinces arms, capitals, and civilization, in less time and at a minor cost; I admire the grandiose spectacle of a town that quintuplicates its households with thousands of citizens that arrive to dwell there, with their own cult, beliefs and institutions, for being loved and respected under the principles of the highest confraternity. ​ Why do I see so much happiness? ​ Because we have rubber; jus as we have oil, and just as we had guano and saltpeter.”

“Ahora, si atendemos á la índole de sus habitantes, podemos decir lo siguiente: el loretano, desde que nace, va al río. De niño, sus jue­gos y entretenimientos se relacionan todos con la navegación; los padres tallan, para sus hijos, canoas en miniatura con todos sus accesorios, para que, á la vez que se distraigan, aprendan el manejo de ellas por medio de este simulacro. De los 14 á 15 años se da de alta como ayudante ó aprendiz, y comienza á navegar en los ríos, hasta hacerse ‘práctico’ se puede decir que á los 20 años ha reco­rrido todos los ríos del departamento, convirtiéndose en un marine­ro dotado de gran pericia. Hasta la naturaleza de los negocios que se verifican en los ríos, contribuye á que, hombres y mujeres, sefa­ miliaricen con la navegación y manejo de embarcaciones..”

“Por fin, el terreno cubierto, hace pocos años, por bosque virgen, espeso, se encuentra transformado, como por encanto, en gran factoría en la que funcionan admirables maquinas, dirigidas por hombres inteligentes venidos de ultramar. A los debiles i repetidos golpes de la industriosa ave llamada carpintero, que en el primitivo bosque, con admirable paciencia, perforaba con el pico la jugosa corteza de los arboles, han sucedido los mas ruidosos del carpintero que labra la madera i del forjador de fierro. El graznido del zapo que salia del pantanoso terreno del bosque, se halla sustituido con el ruido de hermosas sierras à vapor que, con admirable prontitud, dividen el añoso tronco en anchas y llenas tablas. Por último, el chillido de los grillos i chicharas, el canto de las aves, el silbido de la serpiente, el zumbido de los insectos que forman por su conjunto la ruidosa música de los obreros del gran taller de la naturaleza, está hoi reemplazado por el ruido confuso de ruedas, martillos, formones, cepillos, ventiladores, descarga de los vapores.

Iquitos ha sufrido transformación mucho mayor que Yurimaguas, por el establecimiento de la factoría, de las oficinas del estado i la dotación de empleados. 

Iquitos miserable ranchería seis años ha, es hoi población floreciente i llena de vida. He aquí uno de los milagros que hace el vapor.”

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